60 años y huevo y medio de lesiones.
He aquí la realidad, tras una vida buscando la perfección y eficiencia en esto de Mariantonieta, huesos y sobre todo neuronas, terminan más jorobados que Quasimodo el día que encontró las bragas en los pasillos frigorizados de Notre Dame, allá donde corren los mips divinos de su catedral digital.
vasche a dar una leite, meu filliño!
Las bragas de Maria Antonieta 